por A.F.C.
En la música, el trabajo de los intérpretes es fundamental, ya que son ellos los que finalmente rescatan o condenan al silencio las partituras que otros han escrito para sus instrumentos. Pilar Peña se tituló el año pasado de intérprete en piano en el Conservatorio de la Universidad de Chile, y a diferencia de otros colegas que se abocan a los grandes clásicos de todos los tiempos –lo que la mayoría quiere oír-, tiene un interés genuino por tocar música chilena contemporánea.
La joven pianista participó ayer del homenaje que se rindió en la sala Isidora Zegers al compositor y Premio Nacional de Arte, Gustavo Becerra (1925), tocando varias de sus obras. También colaboró en la organización de este concierto, que convocó a otros destacados músicos de la Universidad de Chile como el pianista Cirilo Vila, la contrabajista Alejandra Santa Cruz, el tenor Daniel Farías y el flautista Wilson Padilla, entre otros.
Los músicos animaron este fraterno homenaje con un repertorio que permitió escuchar obras que pocas veces se pueden escuchar. Sobre esto conversamos con Pilar Peña algunos días antes del concierto, para una entrevista que salió publicada en el sitio de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. En ese breve encuentro, me impresionó su madurez y su apasionada forma de encarar la música, la que luego pude apreciar en toda su magnitud en las intensas interpretaciones que hizo de las obras de Becerra.
De esa conversación quiero rescatar algunas de sus palabras:
“Es casi una bandera de lucha tocar música chilena. Es algo que oficialmente, en términos de programas de estudio, no se aborda desde el mundo de la interpretación. Ni en este lugar ni en ningún otro. Es algo lamentable pero cierto. O quizás no se aborda como debiera, no tiene la importancia que debiera tener... Nadie que yo sepa se ha detenido a estudiar cómo incorporar al mundo de la Academia a la música contemporánea y la música chilena”.
“Yo nunca quise ser Claudio Arrau, nunca quise irme al mundo a dar giras y conciertos de Rachmaninov y ser un genio. Más bien quería encontrar el sentido que había detrás de lo que yo hago pero abriéndolo a la sociedad... Es una cuestión de identidad musical de la cual nosotros carecemos porque las circunstancias de la formación se dan así, y quizás es un circulo vicioso, porque la gente que se forma después es la que enseña y así sucesivamente”.
“En definitiva, la música chilena es este momento es una cuestión de principios, de ética, de identidad. Cuando observo a personas como Fernando García, Cirilo Vila, Luis Advis, que lucharon la vida entera por hacer este espacio del cual yo me nutrí durante todos los años de mi vida que estudié, no puedo sino tratar de seguir el camino”.
La joven pianista participó ayer del homenaje que se rindió en la sala Isidora Zegers al compositor y Premio Nacional de Arte, Gustavo Becerra (1925), tocando varias de sus obras. También colaboró en la organización de este concierto, que convocó a otros destacados músicos de la Universidad de Chile como el pianista Cirilo Vila, la contrabajista Alejandra Santa Cruz, el tenor Daniel Farías y el flautista Wilson Padilla, entre otros.
Los músicos animaron este fraterno homenaje con un repertorio que permitió escuchar obras que pocas veces se pueden escuchar. Sobre esto conversamos con Pilar Peña algunos días antes del concierto, para una entrevista que salió publicada en el sitio de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. En ese breve encuentro, me impresionó su madurez y su apasionada forma de encarar la música, la que luego pude apreciar en toda su magnitud en las intensas interpretaciones que hizo de las obras de Becerra.
De esa conversación quiero rescatar algunas de sus palabras:
“Es casi una bandera de lucha tocar música chilena. Es algo que oficialmente, en términos de programas de estudio, no se aborda desde el mundo de la interpretación. Ni en este lugar ni en ningún otro. Es algo lamentable pero cierto. O quizás no se aborda como debiera, no tiene la importancia que debiera tener... Nadie que yo sepa se ha detenido a estudiar cómo incorporar al mundo de la Academia a la música contemporánea y la música chilena”.
“Yo nunca quise ser Claudio Arrau, nunca quise irme al mundo a dar giras y conciertos de Rachmaninov y ser un genio. Más bien quería encontrar el sentido que había detrás de lo que yo hago pero abriéndolo a la sociedad... Es una cuestión de identidad musical de la cual nosotros carecemos porque las circunstancias de la formación se dan así, y quizás es un circulo vicioso, porque la gente que se forma después es la que enseña y así sucesivamente”.
“En definitiva, la música chilena es este momento es una cuestión de principios, de ética, de identidad. Cuando observo a personas como Fernando García, Cirilo Vila, Luis Advis, que lucharon la vida entera por hacer este espacio del cual yo me nutrí durante todos los años de mi vida que estudié, no puedo sino tratar de seguir el camino”.
2 comentarios:
Andrés:
¿Qué tal? Noté en el gmail que habías creado un blog, así que me vine a ver qué proponías en él.
Quisiera volver luego de sentarme a leer los artículos que subiste, pues noté que hay varios muy interesantes.
Volveré con más relax al blog.
Saludos;)
PD: el mensaje suprimido es mío, disculpame.
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