sábado, 19 de abril de 2008

Un poema de Virginia Gutiérrez Berner


Virginia Gutiérrez Berner nació en Santiago en 1979 y reside actualmente en Estados Unidos, donde termina estudios de posgrado en literatura. Ha publicado poemas, cuentos y artículos en revistas y antologías. Mantiene inédito el libro "Relatos fieles" (poesía) y es una chica muy guapa e inteligente.


a homework on complexity

quién conoce como es conocido. entre las sombras
no finge ser la sombra. apenas declara ver
sus dedos en el nombre de sus dedos. una bruta tarea en
/complejidad.
pero es brusco en su corola
y sabe lo que pesa en la justeza. conoce
como es conocido. abreva el agua en la cóncava espesura
deja el dintel de la mesa como si tal.
te balbuceaba por buenas razones. te digo la s contra el paladar
te pronuncio donde faltaba. sabemos lo que hemos
perdido en medio de la gracia. desciende sobre nosotros
lo que quedaba del verano siempre tres o cuatro años más tarde.
nos dimos como en la gracia—sin reconocer
la carne en la carne, lo que empezaba a transformarse
nos dimos sin saber lo que se daba y no era
como decía serse. como si hubiera podido
alguna vez alguien reconocer un pez entre otros peces
o las algas. lo que nunca hemos visto de cerca
salvo nada es nuestro. dicho al oído te he dicho. cada uno
en la fuerza del otro, en el peso que renuncia la métrica
pero no la letanía. no el franco cántico de creo,
creo en la importancia de las escafandras. es necesario
ajustarse a lo visto como lo dicho, con esta
fidelidad. la fruta roja y el pez que no importa
si se muere: un número menos entre muchos, uno rojo entre
otros rojos, un perfil ondula en la transparencia del vidrio como
en el agua o la roca. lo que nunca mira de frente. lo
que no sabemos si está muerto porque no sabemos.
lo que no conoce ni es conocido. lo que hemos
cerrado sin saberle los párpados. lo que hemos mentido
por amor del tercero. lo que se va porque tiene que irse. lo que
decimos aferrado al dejarás de estar. lo que has sostenido
entre los dedos contra ti. entonces serás conocido
como conoces, y será suficiente. porque vemos el destino
de lo que ondula y nunca da la espalda. ni muestra el rostro
en la jactancia de la presencia. ni dice cómo falta cuando falta. ni
borra su olvido para que no se note. ni repite su nombre después
de mí. ni cuenta hasta tres para mostrar cuánto no le importa. ni
es bueno de su bondad y no la suya. ni zanja de una sola vez. ni
escribe sobre papel o sobre el agua. ni escribe sobre la piedra. ni
resuelve dejar de estar. ni deja de abrir la puerta.


Virginia Gutiérrez Berner, 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre esperé para algún día comenzar a leerte.



j.