martes, 9 de diciembre de 2008

Dos poemas de Juan Pablo Pereira

Está la tentación de presentar a los amigos, de decir: él es Juan Pablo Pereira, nació el 78, aún no publica libros, es un poeta re bueno, etc. Pero para qué. Que hablen sus poemas, que por algo los publico:


Para un proyecto realmente oscuro
que abandone los versos pintados de color
y se entregue sin más a la desidia de la siesta;
para coger sin pausa los retazos negros
que sabemos abandonan los maestros
y nos mantienen vivos y con hambre;
para olvidar nuestra falta de propósito
y decir de nuevo sí, es posible,
como un poeta intenta otro empleo que lo teche
frente a la tempestad que derrama de la boca,
débil pero fría
y por ello susceptible de matar;
para incluir la enseñanza que recuerda,
que no entiende
y recita como un mantra frente a una tumba abierta
florida, poblada de hongos,
de sentidos que no encuentran su verso
pero que se describen en él,
sin desperdiciar nada.


**


No me creo, pero puedo redactar desde un error.
Estoy solo y soy fuerte. He caminado
desde de mi pieza a la calle y vuelvo cada vez.
No he matado a nadie. Miré todo lo que pude.
Me movía como un mudo, pero ya no.
Los caracoles siguen mereciendo mi piedad
y eso no ha salvado a dos o tres de mi torpeza endurecida.
Pero me saco los zapatos para subir a tu lado
y una vez traje una rama quebrada
que puse en tus manos. Lo he hecho mal
pero lo hice.